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Diálogo sobre el TLC



Un Copy/paste del blog de mi apreciable amigo Alfon.

Le he solicitado su permiso para reproducir el escrito que se encuentra más abajo. Sus comentarios me han parecido muy buenos y acorde a lo que he estado reflexionando desde días atrás con algunos compañeros y amigos. Desde ya, le agradezco mucho a Alfon el hecho de permitirme tener este honor, de compartir sus palabras haciendolas mías también.

Comparto mucho lo que mi apreciado amigo Poncho escribe. En realidad el tema del TLC tienen que trascender en la historia porque debe llevarnos más allá de gritos, panfletos, bloqueos... y aunque parezca mentiras, creo que el país aun no sabe dialogar.

Cada vez que me informo algo sobre el TLC, descubro sostenidos y bemoles, pero creo que la balanza digital, esa que tiene mucha precisión, nos arroja un desbalance a favor de los que ya tienen... los que no, salados.

Lo curioso es que a nosotros, los mortales, la pobreza siempre tocará nuestras puertas. Basta con verlo en nuestros barrios, donde hay cada día más personas en estado indigente pidiéndonos ayuda... a los ricachones no les toca atenderlos... tienen murallas y guardas que no permiten acercarse.

Es hora de replantearnos con sinceridad qué queremos como país y para nuestros hijos. Si un país más solidario y justo, o no.

Con este TLC, creo que no será la visión de justicia y solidaridad la que está en la primera fila. Está la de entrada de mucha plata, pero para unos pocos.

Frente a la duda, mi respuesta es.. mejor no!
Creo profundamente en la democracia. Es más, pienso que lo del referendum no sería necesario si nuestra "democracia representativa" realmente representara los intereses que la mayoría tiene. Falta aun más por madurar. Pienso que la "democracia participativa" debe siempre generar propuestas para construir país... y eso lo tenemos que hacer todos. Por eso, estoy convencido de que ambas deben existir solamente cuando van de la mano. De la mano, no hay dudas ni miedos, solo diálogos constructivos y progresista y decisiones incluyentes.







No al TLC, pero por convicción, no por panfletismos



Antes de aclarar mi posición frente al CAFTA (más conocido en mi país como TLC), quisiera dejar en claro algo:

1. Fui sindicalista. Del sector educación. Ahora ya no lo soy porque no comparto el fin principal de estas agrupaciones: defender sus privilegios, es decir, los de unos pocos. A veces solo los de la Junta Directiva, aunque se les oiga gritar consignas por Costa Rica en las calles. Y la verdad que creo pertenecer realmente a un gremio poco privilegiado históricamente, el de los maestros. Me cansa mucho ver a las representaciones de educadores luchando entre ellas para ver cuál tiene más protagonismo, en especial en la lucha contra el TLC. Discuten por el día en que debe ser la marcha para terminar desfilando en días diferentes. Y si les consulta, la que "ellos" convocaron siempre va a ser la "la más exitosa de los últimos años". Se nos ha ido gastando el viejo y querido constructo de "Magisterio Nacional" La sabiduría del pueblo sentencia: "divídelos y vencerás", lo mismo que Cristo ya había enseñado: "todo reino dividido contra sí mismo queda desolado; y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no podrá subsistir" (Mateo, 12,25)

2. Estoy harto del panfletismo. Nunca me oirán volver a gritar: "¡NO AL TLC!" Me parece insensato darme cuenta que oponerse sea una profesión, o un cuasi-deporte de frases gastadas y consignas rosadas en Costa Rica para muchos "Albino-Fabios" y otros….

3. No soy comunista: no me oirán nunca decir: Yankee go home! Nadie más lejos de ser rojo que yo. No odio a los gringos solo porque sean gringos. Eso sí: a Bush no lo soporto por; a) propiciar la guerra, b) mandarnos al halcón Robert Zoellick a decirnos que si queríamos comerciar con ellos deberíamos apoyar su política de seguridad, y c) por no firmar Kyoto y aun así querer darse el lujo de poner cláusulas ambientalistas en sus tratados comerciales. De paso: a Chavez no lo soporto porque: a) copia lo peor del modelo cubano, es decir: en vez de invertir en arte y salud, reprime la libertad de expresión; b) su autobombo: se cree inteligentísimo, graciosísimo, y me imagino que no tendría nada de raro que hasta guapísimo.

Ya sobre el TLC, creo que el "sí" sería nefasto como respuesta en el referéndum para nuestro país. Siento que algunos menosprecian nuestras posibilidades e inteligencia al salir simplemente con: "¿…es que sino TLC entonces qué? ¿con quién comerciamos?". Es decir que debemos aceptar todas las condiciones que nos pongan solo porque son los Romanos de hoy en día, aun a costas de eliminar los logros en materia de seguridad social de los últimos 60 años.

Y sin ir más allá, algo más que sustenta mi NO rotundo: la aprobación expedita en el resto de Centroamérica. Ya un acucioso periodista nica un día de estos publicaba algo sobre el tema. Le llamaba poderosamente la atención que el país del istmo que más ha invertido en educación (mientras los otros se bañaban en sangre de guerrillas, acuérdese qué tan claro quedó en "Bowling for Columbine" de Michael Moore) en los últimos 50 años sea el que no ha firmado el tratado. En estos país-latifundios se firmó el tratado sin más pelos ni señales. Yo siempre comento este punto con la gente que me toca ocasionalmente el punto en la calle. Es mi razón favorita. No creo ni en altruismos ni filantropías del resto de la gente que rige los destinos de los otros países centroamericanos. ¡De hecho me cuesta creer en los que rigen los del mío!

Además tampoco creo que el TLC vaya a ser realmente la panacea: ¿alguien recuerda los PAE? Uno dos y tres…. ¿Y de qué sirvieron? ¿Qué no se dijo en su momento de ellos? Si todas las promesas de los PAE I, PAE II y PAE III se hubieran cumplido, seríamos desde ahce años un país mucho más próspero. Y también se vislumbró el mismo futuro negro si no se aprobaban. Se aprobaron, y el futuro negro se quedó allí... De veras somos de memoria flaca...

Falta un cambio de mentalidad que, si por la víspera se saca el día, si va a ser realmente muy difícil que se de. No hemos podido cambiar siquiera la mentalidad de una parte de la población para que entienda que el guaro y el volante no se llevan… ¿qué podemos esperar de fines sociales elevados? Soy bastante realista-pesimista al respecto, lo cual significa que es muy posible que nunca llegue a darse lo que espero de Costa Rica: Que los que más tienen no codicien tenerlo acaparado prácticamente todo, aun a costa de sacrificar socialmente a los que menos tienen, Que no haya más casos como el del Fondo de Emergencias, Fodesaf y Aviación Civil. Que la gente dé lo mejor de sí para que el país crezca. Y que los sindicalistas dejen de planear sus convenciones colectivas y liberen del secuestro en que tienen a las instituciones públicas para que puedan demostrar su eficiencia. Vieran que como educador he sufrido en las entrañas la ineficiencia burocrática de mi país. Ese sentimiento de impotencia. Si toda la gente que se cree indispensable en las oficinas de gobierno empezara a demostrar realmente porqué su servicio es indispensable, otro gallo cantaría en Costa Rica. EN resumen: NO CREO EN EL TLC, NI CREO EN LOS SINDICATOS TAMPOCO AHORA. Que alguien me llame al Chapulín Colorado por favor, a ver si me puede atender.


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